Fidel Castro Ruz
En la reciente Reflexión de hace dos días, el 15 de agosto, escribí al comentar un artículo del periodista cubano Randy Alonso, que dirige el programa Mesa Redonda de la televisión nacional, acerca de una reunión sostenida en el hotel Dolce de Barcelona sobre lo que él llama Gobierno Mundial: ”…articulistas honestos estaban siguiendo igual que él las noticias que lograron filtrarse del extraño encuentro. Alguien mucho más informado que ellos estaba siguiendo la pista de esos eventos desde hacía muchos años.”
Me refería al escritor Daniel Estulin; 475 páginas de 20 líneas me esperaban para una revisión de la fantástica historia narrada por el mencionado autor, si alguno de los participantes en esa reunión fuese capaz de negar su presencia allí, o su participación en lo que relata su libro.
Lo más que cabe en esta Reflexión, que dividiré en dos partes para que no resulte demasiado extensa, es incluir un número de párrafos que seleccioné para dar una idea del fabuloso libro titulado: Los secretos del Club Bilderberg. En ese libro Estulin hace trizas a los grandes gurúes:
Henry Kissinger, George Osborne, los directivos de Goldman Sachs, Robert Zoellic, Dominique Strauss-Kahn, Pascal Lamy, Jean Claude Trichet, Ana Patricia Botín, los presidentes de la Coca Cola, France Telecom, Telefónica de España, Suez, Siemens, Shell, British Petroleum, y otros similares políticos y magnates de las finanzas.
Estulin comienza por las raíces:
“‘Durante dos domingos seguidos, algo sin precedentes, en el programa de Ed Sullivan -nos cuenta Donald Phau en The Satanic Roots of Rock-, más de setenta y cinco millones de norteamericanos vieron cómo los Beatles agitaban la cabeza y movían el esqueleto en un ritual que pronto iba a ser copiado por cientos de futuros grupos de rock’.”
“El hombre encargado de que a los estadounidenses les ‘gustaran’ los Beatles fue el mismo Walter Lippmann. Los Beatles, el grupo más parodiado y versionado de la historia de la música, fueron puestos ante el público norteamericano para que fueran descubiertos.”
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“Entra Theo Adorno“, se titula uno de los epígrafes iniciales.
“La responsabilidad de elaborar una teoría social del rock and roll recayó en el sociólogo, musicólogo y compositor alemán Theodor Adorno, ‘uno de los principales filósofos de la Escuela de Frankfurt de Investigación Social…’ Adorno fue enviado a Estados Unidos en 1939 para dirigir el Proyecto de Investigación de la Radio de Princetown, un esfuerzo conjunto del Tavistock y de la Escuela de Frankfurt con el objetivo de controlar a las masas, financiado por la Fundación Rockefeller y fundado por uno de los hombres de confianza de David Rockefeller, Hadley Cantril…”
“De hecho, los nazis habían utilizado intensivamente la propaganda radiofónica como instrumento de lavado de cerebro y la habían convertido en un elemento integral del Estado fascista. Este hecho fue observado y estudiado por las redes del Tavistock y utilizado extensivamente en sus propios experimentos. El objetivo de este proyecto, como se explica en la Introducción a la sociología de la música del propio Adorno, era «programar una cultura ‘musical’ de masas como una forma de control social masivo…”
“‘Las cadenas de radio se convirtieron en unas máquinas que reciclaban durante veinticuatro horas al día los cuarenta mayores éxitos’.”
Los Beatles llegaron a Estados Unidos en febrero de 1964, cuando el movimiento a favor de los derechos civiles estaba en su apogeo. El país se encontraba sumido en un profundo trauma nacional y se reponía del brutal asesinato del presidente John F. Kennedy [...] en las calles de la capital el movimiento por los derechos civiles, dirigido por el doctor Martin Luther King, convocaba a una manifestación a la que asistieron más de medio millón de personas.
“Entre 1964 y 1966, la llamada invasión británica fue la eclosión de una serie de cantantes y grupos de rock de Gran Bretaña que se hicieron populares en Estados Unidos y pusieron cerco a la cultura norteamericana. [...] hacia finales de 1964 se demostró que esta ‘invasión inglesa’ había sido bien planificada y coordinada.
“‘Estos grupos recién creados y su estilo de vida [...] se convirtieron en un nuevo ‘tipo’ (jerga del Tavistock) muy visible’, y no pasó mucho tiempo antes de que nuevos estilos (modas en ropa, peinado y uso del lenguaje) arrastraran a millones de jóvenes norteamericanos al nuevo culto. La juventud de Estados Unidos sufrió una revolución radical sin siquiera ser consciente de ello [...] reaccionando de forma equivocada contra las manifestaciones de esa crisis, que eran las drogas de todo tipo, primero marihuana y luego ácido lisérgico (LSD), una poderosa droga que alteraba el estado de conciencia.’ [...] en el cuartel general del MI6 en Londres y en la base de la CIA en Langley, Virginia, puede darse por sentado que la Inteligencia británica y su filial, la Oficina de Servicios Estratégicos norteamericana, estuvieron directamente implicadas en una investigación secreta para controlar la conducta humana. Allen Dulles, el director de la CIA en el momento en que la agencia empezó, MK-Ultra, era el jefe de la OSS en Berna, Suiza, durante la primera época de la investigación de Sandoz.”
“…en Estados Unidos y Europa, se utilizaron los grandes conciertos de rock al aire libre para frenar el creciente descontento de la población.”
“La ofensiva emprendida por Bilderberg-Tavistock llevó a toda una generación al camino de ladrillos amarillos del LSD y la marihuana…”
Entra Aldous Huxley
El sumo sacerdote de la guerra del opio inglesa fue Aldous Huxley, el nieto de Thomas H. Huxley, fundador del grupo de la Mesa Redonda de Rodas y, también, famoso y elocuente biólogo que ayudó a Charles Darwin a desarrollar la teoría de la evolución.
“Toynbee, educado en Oxford [...] trabajó como delegado británico en la Conferencia de Paz de París en 1919?…”
“‘Su tutor en Oxford fue H. G. Wells, director de la Inteligencia británica durante la Primera Guerra Mundial y padre espiritual de la Conspiración de Acuario. Aldous Huxley fue uno de los iniciados de los Hijos del Sol, un culto dionisiaco en que participaban los hijos de la élite de la Mesa Redonda británica.’ Su novela más famosa, Un mundo feliz, es un borrador (encargado por varios consejos mundiales) para un auténtico mundo socialista futuro bajo un gobierno único o, como su mentor fabiano, H. G. Wells, dijo y usó como título de una de sus populares novelas, un borrador para El Nuevo Orden Mundial…”
“En Un mundo feliz, Huxley se centró en el método científico para mantener a todas las poblaciones fuera de la élite minoritaria en un estado casi permanente de sumisión y enamoradas de sus cadenas. Las herramientas principales para lograrlo fueron unas vacunas que alteraban las funciones del cerebro y medicamentos que el Estado obligaba a la población a consumir. En opinión de Wells, esto no era una conspiración, sino más bien ‘un cerebro mundial trabajando como policía de la mente’.”
En 1937, Huxley se trasladó a California, donde trabajó como guionista para MGM, Warner Brothers y Walt Disney gracias a uno de sus contactos en Los Ángeles: Jacob Zeitlin. [...] ‘Bugsy Siegel, el jefe de la organización Lansky de la mafia para la Costa Oeste, tenía estrechos vínculos con Warner Brothers y MGM’.”
“De hecho, la industria del espectáculo -producción, distribución, marketing y publicidad- está bajo el control de una mafia que surge de la unión del crimen organizado y estafadores de alto nivel de Wall Street, que en última instancia están controlados por el todopoderoso Bilderberg. La industria del espectáculo está diseñada igual que cualquier otra ‘línea de negocio’ del Bilderberg y sus secuaces.”
“El trabajo de Huxley
En 1954, Huxley publicó un influyente estudio de la expansión de la conciencia mediante el uso de mescalina titulado Las puertas de la percepción (1954), el primer manifiesto de la cultura de las drogas psicodélicas.
“En 1958 reunió una serie de ensayos que había escrito para Newsday y los publicó bajo el título de Nueva visita a un mundo feliz, en los que describía una sociedad en la que ‘el primer objetivo de los gobernantes es evitar a toda costa que sus gobernados creen problemas’.”
Predijo que las democracias cambiarían su esencia: las viejas y extrañas tradiciones -elecciones, parlamentos, tribunales supremos- permanecerán, pero el substrato que habrá debajo será el del totalitarismo no violento. [...] Mientras tanto, la oligarquía dirigente y su bien entrenada élite de soldados, policías, fabricantes de pensamiento y manipuladores de mentes dirigirán tranquilamente el mundo como les plazca.
En efecto, esta descripción de Huxley se ajusta perfectamente a la situación actual.
“En septiembre de 1960 se nombró a Huxley profesor invitado del Centennial Carnegie en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston. Estuvo allí sólo un semestre, tras el cual fue despedido. ‘Mientras estaba en esa ciudad, Huxley creó un círculo en Harvard…’.”
“El tema público de ese círculo o seminario de Harvard fue la religión y su significado en el mundo moderno. [...] Michael Minnicino, en un artículo publicado en la revista The Campaigner en abril de 1974 [...] afirma: ‘Huxley estableció contacto durante su período en Harvard con el presidente de Sandoz, que a su vez trabajaba en un encargo de la CIA para producir grandes cantidades de LSD y psilocibina (otra droga sintética alucinógena) para MK-Ultra, el experimento oficial de la CIA en la guerra química’, un experimento que usó a humanos como conejillos de Indias para sus a menudo letales experimentos que, en muchas ocasiones, implicaba el uso de LSD. [...] Además, la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, una institución de educación superior vinculada al Bilderberg, realizó también experimentos en la década de 1960 dentro del programa MK-Ultra bajo los auspicios de un fascista degenerado del Tavistock, John Rees, utilizando como sujetos a niños de orfanatos locales, a los que torturaban y luego suministraban diversas dosis de LSD. [...] Según documentos recientemente desclasificados por la CIA (gracias a la Ley de Libertad de Información), Allen Dulles (en aquellos tiempos director de la CIA) compró más de cien millones de dosis de LSD, ‘muchas de las cuales acabaron en las calles de Estados Unidos a finales de la década de 1960?, según afirma Minnicino en el artículo citado anteriormente.”
“‘…Miles de estudiantes universitarios sirvieron como conejillos de Indias. Ellos [los estudiantes] enseguida empezaron a sintetizar sus propios ‘ácidos”.”
“‘…la inmensa mayoría de los que se manifestaban contra la guerra fueron a Studentes for a Democratic Society a causa de la sensación de ultraje provocado por la situación en Vietnam. Pero una vez atrapados en la atmósfera creada por los expertos en guerra psicológica del Instituto Tavistock, e inundados con el mensaje de que el hedonismo y la defensa del país era una alternativa legítima a la guerra ‘inmoral’, su escala de valores y su potencial creativo se desvanecieron en una nube de humo de hachís’, escribe el autor en la monografía citada anteriormente.”
Creando la contracultura
“La ‘guerra’ cultural abierta, aunque no declarada, contra la juventud norteamericana empezó de verdad en 1967, cuando el Bilderberg, para conseguir sus objetivos, comenzó a organizar conciertos al aire libre. Mediante esta arma secreta, lograron atraer a más de cuatro millones de jóvenes a los llamados ‘festivales’. Sin saberlo, los jóvenes se convirtieron en víctimas de un experimento perfectamente planificado con drogas a gran escala. Las drogas alucinógenas [...] cuyo consumo propugnaban los Beatles [...] se distribuían libremente en estos conciertos. No pasaría mucho tiempo antes de que más de cincuenta millones de los que asistieron (entonces de entre 10 y 25 años de edad) regresaran a casa convertidos en mensajeros y promotores de la nueva cultura de las drogas o de lo que acabó conociéndose como la ‘New Age’.”
“El mayor concierto de todos los tiempos, el ‘Woodstock Music and Art Fair’ al aire libre, fue calificado por la revista Time como un ‘Festival de Acuario’ y como ‘el espectáculo más grande en la historia’. Woodstock se convirtió en parte del léxico cultural de toda una generación.”
“‘En Woodstock -escribe el periodista Donald Phau-, casi medio millón de jóvenes se reunieron para que les drogaran y les lavaran el cerebro en una granja. Las víctimas estaban aisladas, rodeadas de inmundicia, hasta los topes de drogas psicodélicas y se las mantuvo despiertas durante tres días consecutivos, todo con la plena complicidad del FBI y de altos cargos del gobierno. La seguridad del concierto la aportó una comuna hippie entrenada en la distribución masiva de LSD. De nuevo serían las redes de la Inteligencia militar británica las que lo iniciarían todo’, con la ayuda de la CIA a través de su ex director William Casey y de sus contactos con Sefton Delmer del MI6, cuyo contacto Bruce Lockhardt fue el controlador del MI6 de Lenin y Trotsky durante la revolución bolchevique.”
“Tendría que pasar todavía otra década antes de que la contracultura se integrara en el léxico norteamericano. Pero las semillas de lo que era un proyecto titánico y secreto para darle la vuelta a los valores de Estados Unidos se sembraron entonces. Sexo, drogas y rock and roll, grandes manifestaciones en toda la nación, hippies, drogadictos que abandonaban los estudios, la presidencia de Nixon y la guerra de Vietnam estaban desgarrando la misma fibra de la sociedad norteamericana. Lo viejo y lo nuevo chocaban de frente sin que nadie fuera consciente de que ese conflicto formaba parte de un plan social secreto, diseñado por algunas de las personas más brillantes y diabólicas del mundo…”
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